Marcha del 18 de marzo: Villarluengo - Hostal de la Trucha, por Pitarque y Montoro de Mezquita

Bella y dura ruta rompepiernas, como no podía ser de otra manera en pleno corazón del Maestrazgo, la que proponemos para el domingo 18 de marzo, con salida en Villarluengo y final en el cercano Hostal de la Trucha, no sin antes completar un itinerario casi circular que pasa por Pitarque y Montoro de Mezquita, en busca esta vez de parajes menos conocidos de ambos términos.

En total, 21,5 Km, 1050 md en subida y 1375 md en bajada (en sentido inverso tal vez serían demasiado), siguiendo al principio las ondulaciones del GR 8 entre Villarluengo y Pitarque. Aquí tomaremos el PR-TE 9, que se eleva y amplia sus vistas sobre lo ya recorrido, para cruzar la pista de Aliaga camino de Montoro. Un gran montón de piedras señala el final de la primera subida importante del día.

Vista atrás sobre Pitarque camino de Montoro.

Avanzando ahora cómodamente por la cañada, empedrada a los lados en algunos tramos, dejaremos unos metros a nuestra derecha los edificios de la masada de La Hoya Serval, y luego una caseta en ruinas al llegar al collado situado al sur del risco de Peñarroya, desde donde avistamos ya el pueblo con el impresionante estrecho de Valloré como telón de fondo. Estos caminos de herradura entre masías diseminadas, tan abundantes en el Maestrazgo, fueron antaño vías de comunicación transitadas, hasta que la construcción de las primeras carreteras, y más adelante la despoblación, los fueron conviritiendo en un valioso patrimonio para el senderismo.

Estrecho de Valloré, Montoro y la ribera del Guadalope desde la rocha de San Pedro.

Ermita de San Pedro Apóstol, en Montoro de Mezquita.

En esta ocasión, dejamos de lado las hoces rocosas y el sendero fluvial del Guadalope, que sigue su curso entre choperas y campos abandonados hacia los Órganos de Montoro, mientras ganamos altura de nuevo sobre la ribera del río. Conviene reponer fuerzas en el restaurado santuario barroco de la ermita de San Pedro, pues todavía queda un ascenso sostenido desde el barranco del mismo nombre por la ladera de la Muela Mala para alcanzar las parameras de los altos del Latonero, con amplias vistas sobre las vegas y recias muelas características de la comarca, antes del descenso final al Hostal de la Trucha.